Por Hmanú
Puedes asesinar la materia, pero el mundo de los pensamientos y las sensaciones saldrá siempre ileso de tus propios mecanismos de exclusión.
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Es la tortura de Boaz la que, tras manifestarse en el recóndito cosmos de sus sueños y simbolizada por una feroz tropa canina, retumba su conciencia y atiza la de Ari al punto de provocarle una congoja que le lleva a emprender un periplo en una frenética búsqueda de las reminiscencias de lo sentido.
Con el sostén de las evocaciones de quienes figuraron en eso que aparecía con disfraz de alucinación en el imaginario de Ari, se construye el trayecto del enfrentamiento entre la invención y lo sucedido.
Es la tortura de Boaz la que, tras manifestarse en el recóndito cosmos de sus sueños y simbolizada por una feroz tropa canina, retumba su conciencia y atiza la de Ari al punto de provocarle una congoja que le lleva a emprender un periplo en una frenética búsqueda de las reminiscencias de lo sentido.
Con el sostén de las evocaciones de quienes figuraron en eso que aparecía con disfraz de alucinación en el imaginario de Ari, se construye el trayecto del enfrentamiento entre la invención y lo sucedido.
Al final del camino, lo contundente del pasado lapida cualquier ensayo por desterrar de la memoria las prácticas homicidas que cualquier organismo haya cometido y expone la tarifa a liquidar de las obras, etéreas o concretas, de nuestros senderos.
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